DÍA 7: Visitando Salamanca

¡Hoy nos vamos de excursión a Salamanca! Estamos muy emocionados, ya que muchos no habíamos visitado la ciudad antes. Nuestros monitores comenzaron el día compartiendo con nosotros muchas curiosidades históricas que nos dejaron con ganas de descubrir más.

Nos subimos al autobús y… ¡comienza la aventura! Para explorar Salamanca, nos dividimos en cinco grupos pequeños. Cada equipo tenía que superar una serie de retos diseñados para fomentar el trabajo en equipo y la interacción con personas desconocidas.
En la galería de fotos podéis ver todas las pruebas que tuvimos que superar. Menos mal que durante estos días de campamento hemos practicado habilidades sociales, baile, orientación y muchas otras cosas… ¡porque sin ese entrenamiento habría sido casi imposible completar la gymkhana!

¡Y las pruebas no fueron cualquier cosa! Algunas estaban inspiradas en la historia y en personajes importantes de Salamanca, lo que nos permitió sumergirnos de lleno en la cultura local. ¡Tuvimos que encontrar la famosa rana de la universidad y hasta lograr que alguien nos contara quién fue Carmen Martín Gaite, justo en el año en que se celebran los 100 años de su nacimiento!
Pero eso no fue todo… ¡la cosa se puso aún más interesante! Nos hicimos fotos con personas mayores de 70 años (¡y qué conversaciones más bonitas salieron de ahí!), lo que nos ayudó a practicar la interacción desde el respeto, la escucha y la empatía.
También nos sentamos en sillones de peluquería, hicimos que estudiantes se pusieran a bailar con nosotros, representamos pequeñas obras de teatro con desconocidos, buscamos a alguien que fuera nuestro “hermano gemelo”… ¡y hasta conseguimos comprar cosas por solo un céntimo y que nos dieran el ticket!
¡Ha sido una actividad divertida, llena de risas, sorpresas y aprendizajes!

Eso sí… ¡encontrar un menú por 9,90€ fue de las pruebas más complicadas! Pero por suerte tenemos recursos para todo. Si no hay menú a ese precio… ¡tiramos de ingenio y persuasión! Conseguimos que nos cambiaran el precio en la pizarra solo por unos minutos, ¡el tiempo justo para hacernos la foto! Porque, al final, un poquito de picaresca bien llevada también forma parte del juego.

¡Lo hicimos tan bien que hasta los concejales quisieron hacerse una foto con nosotros! ¡Casi nos volvemos famosos en Salamanca!
Nuestros chicos lo han pasado en grande, pero lo más bonito ha sido ver cómo cada día ganan más confianza en sí mismos. Están cada vez más sueltos a la hora de interactuar con otras personas, se atreven, se expresan, ¡y no hay quien los pare cuando se proponen algo! Trabajan en equipo, se cuidan entre ellos y piensan mil estrategias para lograr sus objetivos. ¡Es una auténtica maravilla ver cómo se desenvuelven!

Luego comimos todos juntos en el parque de los Jesuitas, compartiendo risas, anécdotas y todas las locuras y retos que habíamos vivido durante la gymkhana.

Después de tanta emoción, tuvimos un ratito de tiempo libre para darnos algún capricho y recargar energías antes de volver al campamento. Los más pequeños fueron entrando a los supermercados acompañados por su monitor de referencia, con una misión clara: elegir qué querían comprar sin salirse del presupuesto acordado.
¡Y lo hicieron genial! Ellos mismos fueron a la caja, pagaron y gestionaron su propio dinero como auténticos expertos. Este tipo de actividades no solo les divierten, sino que además son muy valiosas para su desarrollo: promueven la autonomía, el autocontrol, la organización, la flexibilidad cognitiva… ¡y hasta practican cálculo mental y equivalencias sin darse cuenta!

Ha sido un día muy intenso y lleno de emociones: ¡hemos conquistado la ciudad y, además, nos hemos unido aún más entre nosotros!

Para rematar, después de cenar celebramos el cumpleaños de Félix, uno de nuestros campistas más veteranos. Sopló las velas, abrió su regalo y todos bailamos juntos para celebrar un nuevo año de su vida. ¡Un momento muy especial que nos dejó con una sonrisa enorme!

Por la noche, bajamos un poco el ritmo con una velada tranquila: ¡un cine de verano bajo las estrellas! Vimos Los Croods 2: Una nueva era, una película muy divertida, visualmente atractiva y cargada de valores que encajan a la perfección con el espíritu del campamento.
Esta película nos ayudó a reflexionar sobre la adaptación al cambio, fomentando la flexibilidad cognitiva y la apertura a nuevas ideas. También promueve la convivencia, la empatía, el respeto por las diferencias y la resolución pacífica de conflictos.
Además, nos encantó la forma en que aborda las relaciones familiares, la importancia de establecer límites y fomentar la independencia, y, por supuesto, la conciencia medioambiental. ¡Un cierre ideal para un día tan completo!

Hoy nos vamos a la cama muy orgullosos de nuestros campistas y con muchas ganas de seguir aprovechando al máximo los últimos días de campamento. ¡Qué aventuras tan increíbles estamos viviendo juntos!

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