¡Buenos días! Empezamos un nuevo día de aventuras y diversión.
Después del emocionante día de ayer, nos despertamos llenos de energía y con muchísimas ganas de seguir disfrutando, hacer nuevas amistades y compartir risas con nuestros compañeros.
Comenzamos la mañana con una batida de limpieza. ¡Sí, limpiar también puede ser divertido cuando lo hacemos en equipo! Recogimos el albergue, organizamos los objetos perdidos, pusimos orden en la colada y dejamos impecable nuestra casa de estos días. Además de pasarlo bien, esta actividad nos ayudó a desarrollar nuestra autonomía, cuidar de nuestras cosas y, sobre todo, sentirnos parte de este gran grupo: la responsabilidad también forma parte de la aventura.
Con el albergue reluciente y todo en su sitio, nos lanzamos a una gincana divertida y llena de retos. Esta vez nos adentramos en una comunidad de vecinos un tanto peculiar: sus porteros se han declarado en huelga porque no les pagan. Nuestros campistas tenían una misión muy especial: recorrer todos los pisos del edificio, superar pruebas en cada rellano y recaudar el dinero necesario para ayudar a los encargados de la portería.
La actividad fue un éxito total. Todos se implicaron al máximo, colaborando, riendo y resolviendo los desafíos con ingenio y trabajo en equipo. A través de estos minijuegos cooperativos, los más pequeños no solo se lo pasaron en grande, sino que también reforzaron habilidades clave como el diálogo, la planificación, la toma de decisiones, la resolución de conflictos y la importancia de llegar a acuerdos por un objetivo común.
Para cerrar la mañana con broche de oro, disfrutamos de una comida deliciosa que nos supo a gloria después de tanta aventura.
Tras un merecido rato de tiempo libre, tocaba refrescarse. El grupo 3 se lanzó a la piscina para disfrutar de una divertida pool party, llena de chapuzones, juegos y alegría. Mientras tanto, los grupos 1 y 2 se desplazaron hasta el pantano, donde pasaron una tarde increíble en plena naturaleza, bañándose, explorando y compartiendo momentos inolvidables. Para reponer fuerzas después de tanto agua, nada mejor que una merienda fresquita: unos helados que nos supieron de maravilla.
De vuelta en el albergue, la tarde continuó con diferentes actividades. El grupo 2 vivió una aventura única viajando al futuro con una gincana futurista llena de imaginación y desafíos. El grupo 3 puso el toque creativo a la jornada terminando de decorar sus camisetas personalizadas: ¡les han quedado geniales! Por su parte, el grupo 1 se enfrentó a una gincana del Capitán América, donde puso a prueba sus habilidades motrices en retos llenos de acción y trabajo en equipo.
Después de tantas actividades y diversión, nos esperaba una cena deliciosa: San Jacobo con patatas fritas y un yogur de frutas de postre.
Para terminar este día tan especial, celebramos las últimas veladas por grupos, momentos que nos sirven para cerrar con calma, emoción y muchas sonrisas las jornadas del campamento.
Los pequeños se acercaron al recinto de la piscina para vivir una velada de relajación bajo las estrellas. Masajes, respiraciones profundas y un cielo estrellado acompañaron este espacio tranquilo y bonito, perfecto para despedir el día con paz.
El grupo 2 dedicó su velada a la reflexión. Pensaron en todo lo vivido estos días, en lo que han aprendido, en cómo han crecido y aprovecharon para dedicar emotivas palabras a los nuevos amigos que han hecho en esta aventura.
Los mayores vivieron su gran final de campamento: cerraron su historia temática consiguiendo el oro del rey Ricardo y entregándoselo a Robin Hood en una noche épica, llena de trabajo en equipo y mucha ilusión.
Ha sido otro día repleto de aventuras, aprendizajes y cariño entre esta gran familia campamentista. Nos vamos a descansar emocionados y con mariposas en el estómago por el día que nos espera mañana.
¡Buenas noches, familias!